Seguindo coas actividades conmemorativas da celebración do X ANIVERSARIO da inauguración e bendición do complexo paroquial e Templo, o vindeiro xoves 12 de febreiro deste ano en curso, o FOTOXORNALISTA XOSÉ (Pepucho) CASTRO mostrarános parte do seu inmenso traballo fotográfico no que podremos contemplar a impresionante evolución desta cidade nos últimos 35 anos, comparando os lugares, rúas, prazas etc. antes e agora na actualidade. desde o mesma visión óptica.
Esta mostra audiovisual, proxectada, pareceunos importante ofrecerlla aos nosos feligreses, conveciños, amigos e cidadáns da Coruña, xa que logo esta Comunidade Parroquial foi tamén partícipe importante nesta evolución espectacular, principalmente nos últimos dez anos, invitando aos lectores a que pensen o qué eramos hai once anos y o que somos agora, traballando xuntos, con moito esforzo, pero cunha grande ilusión.
Se queren ter un pouco de nostalxia positiva e ver o futuro con ilusión, non deben de perderse esta mostra que terá lugar ás 20:15 h, despois da misa das 7:30, no Salón de Actos. Tamén, aos lectores da noticia animámolos a que conviden aos seus amigos e coñecidos para repasar coas fotografía magníficas de Pepucho Castro, comentadas por el mesmo, os últimos anos de evolución da nos querida Coruña.
En vez de mostrarlles un curriculum do noso amigo Pepucho, so lles amosamos un artigo escrito no xornal LA VOZ DE GALICIA 0 13 de marzo de 2006 sobre este fotoxornalista que desde os 14 anos en “Foto Blanco” hasta chegar a “LaVoz de Galicia”, tivo na súa cámara a inseparable amiga e compañeira de viaxe:
El fotógrafo de la gente
César Casal
Castro no sabrá convertirse sólo en un paseante. Ha sido el fotógrafo de la ciudad y de los ciudadanos. Su objetivo siempre ha sido la gente. Es el hombre que estaba detrás de la cámara en el incendio del pazo de Meirás, en el conflicto de As Encrobas, en el accidente del avión en Montrove, en las inundaciones de Padrón. Antes fue escudero de Alberto Martí, otro histórico. Era el muchacho que le llevaba la mochila el día que Martí sacó la foto del cuchillo en el Lardy.
Detrás de cada imagen hay una historia y Xosé Castro es el hombre del millón de historias. Un millón de historias y un millón de amigos. Ha fotografiado durante décadas, más de cuarenta años publicando fotos en las páginas de La Voz, todos los rincones y rostros de la ciudad. Ha hecho bodas, bautizos, funerales. Es casi el fotógrafo oficial de las bodas gitanas.
Hombre teimudo, es hincha hasta las cejas de su mujer. Se les ve pasear de la mano como si se hubiesen enamorado ayer por la tarde. Es padre, abuelo y deja heredero, cámara en mano. Corre tinta blanquiazul por sus venas, aunque tampoco le amarga un merengue. Jamás puso un problema en el trabajo. Sabía que el reloj está roto y descosido para los periodistas de vocación y acción. Expuso una colección de besos en el Casino del Atlántico que nada le envidiaban al que inmortalizó Doisneau. Besos en el paseo marítimo, besos en la calle, besos en cualquier rincón. No podía ser de otra manera en un amante de la vida.
Xosé Castro sólo sabe trabajar con película de alta sensibilidad, la suya. Y sabe que, para conseguir la mejor imagen, hay que mancharse la barba de barro. Como en sus reportajes sobre las chabolas de A Cubela o de Penamoa.
Claro que tiene defectos. Ex fumador de Record, como todos los conversos, no soporta el humo. Cuando se echa a hablar es como cuando se echa a andar: no hay quién le pare. Habla y habla. Y está convencido de que el aparato de aire acondicionado es una cámara de gas.
No lo perderán de vista. Lo verán a su edad de corto en las pachangas de fútbol de Bastiagueiro, donde nunca faltó. Estará en la banda cuando sus nietos, Xabier, Pablo y Alejandro, goleen con el Victoria, el Dépor o el Obradoiro (hockey). Y estará, no lo duden, enfocándoles cuando menos se lo esperen, porque Xosé Castro, Pepucho, es de los que mueren con la cámara puesta y con el corazón sobre la mesa. Como demostró en la cena de despedida cuando dijo adiós con un emocionante «os quiero» que sonó como un hasta siempre, amigos.