El Evangelio (Lucas 1, 39-56) muestra a María llena del Espíritu. María ya está en el Reino, no hace falta recurrir a espectaculares vuelos por las nubes.
Ha sido ascendida, de una fe primitiva y leguleya a la comprensión de Jesús, aún no nacido. Sabe que el Reino es de los pobres, sabe que la obra de Dios está ya en plenitud, que su proyecto está en marcha, que “si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección”, que el niño que lleva en su seno va a reinar en los corazones de todos (2ª lectura: 1 Corintios 15, 20-27a).
También el Apocalipsis sabe que “ahora se ha establecido la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo (1ª lectura: Apocalipsis 11, 19a; 12, 1.3-6a.10ab).
Porque hoy es día de Esperanza. El final no es el desastre y el triunfo del mal, sino que el final es la humanidad liberada encontrándose con su Madre Dios para siempre.
LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA (15-Agosto-2015)
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